miércoles, 7 de mayo de 2008

Salida a El Caballo

Este puente pasado fui con mi hermano a hacer una pequeña excursión por la sierra. Se trata de una ruta que tenía muchas ganas de hacer por habérseme frustrado la vez anterior.

Alimos desde la estación de esquí de Sierra Nevada. Nos sorprendió encontrarnos tanta nieve y en tan buen estado desde prácticamente el principio. En esta foto se puede ver como estaba la situación al llegar a la Laguna de la Yegua.






Subimos en dirección a el refugio de Elorrieta aprovechando que la nieve estaba bastante dura, lo que nos permitió progresar con bastante facilidad. El camino además estaba plagado de huellas, así que no había pérdida.







Como es normal en esta época del año había partes del camino sin nieve ninguna. Eso nos hizo practicar la divertidísima técnica de andar por piedra con crampones.






Hasta llegar a Elorrieta no hubo mucha dificultad. Al llegar allí las vistas de la sierra eran envidiables.





Una vez allí nos dirigimos hacia Verea Cortá para dirijirnos hacia El Caballo. Sin embargo encontrarla no fue nada fácil, resulta que estaba todo cubierto de nieve, lo que dificultaba encontrar una vereda de menos de dos metros de ancho. Por suerte Javi conoce esa zona de la sierra y conseguimos dar con ella. Por supuesto en la mayoría de los pasos no se veía siquiera y había que progresar por la pala en media ladera. A estas alturas ya estábamos más hacia el sur, y era más tarde, así que la nieve comenzaba a estar más blanda.





El paso supuestamente más difícil del camino es el corte que le da a la vereda su nombre. Sin embargo en este caso no lo fue ya que estaba completamente seco de nieve, así que nos quitamos los crampones y lo pasamos sin dificultad ninguna.






Como la vereda estaba sepultada por la nieve en más de una ocasión nos tuvimos que dar la vuelta para buscar un paso más sencillo. En esta foto se ve, por ejemplo, una pala en la que obviamente no nos metimos. En lugar de eso retrocedimos, descendimos un poco y la pasamos por debajo, donde había menos pendiente.






Como ya dije a estas alturas la nieve ya empezaba a estar más blanda, lo que hacía más pesado el camino. En más de una ocasión el piolet se nos clavó hasta la empuñadura en la nieve.






Desde allí se tenía una vista muy chula de El Caballo y del camino que nos quedaba todavía hasta el refugio.







Una vez andada toda Verea Cortá sólo hubo que subir una pequeña pendiente sin nieve para poder subir al refugio de El Caballo donde pasamos la noche. El refugio está un poco descuidado. La puerta está rota y atada, de modo que siempre está entreabierta, tiene una ventana pero está tapiada con piedras. Por otra parte entra nieve o agua, según el clima, lo que hace que el suelo esté mojado casi siempre.

Otra cosa a tener en cuenta si dormís allí es que hay una manada de zorros que suelen frecuentarlo. Yo creo que oí alguno merodear mientras dormíamos, pero como estábamos nueve personas y dos perros difícilmente iban a tener narices de entrar. Sin embargo hay que tener cuidado porque la gente dice que se han llegado a llevar mochilas enteras buscando comida.





El día siguiente fue más aburridillo. Subir a la cumbre estuvo bastante bien, porque al ser temprano la nieve estaba bastante dura. Después un pequeño trozo de piedra, y la foto en el pico.






También hicimos una foto del paisaje desde allí.






En este momento se nos acabó la batería de la cámara, con lo que se acabaron las fotos. Sin embargo tampoco se perdió mucho, porque la vuelta no nos gustó tanto. Fuimos por la Loma de los Tres Mojones y después bajamos por la Rambla que lleva hasta la central eléctrica de Dúrcal, donde previamente habíamos dejado un coche. La verdad es que no es un camino muy bonito, y con las botas de nieve nos dejamos los pies. Si lo hubiéramos sabido hubiéramos vuelto por donde fuimos.

Las demás fotos se puede ver en este enlace.